Tras una noche intensa de bebercio, y muy pocas horas de sueño, sobretodo de Pol, que seguía dándole vueltas a una respuesta mía a una pregunta que nunca debió hacer. (flashback de esa noche)...
Pol: Javi, si fueras una Saylor Moon, ¿Cúal serías?. Yo sería la Júpiter, que es mas machorra.
Javi: Lo siento, yo es que soy mas de la Mágica Do-Re-Mi.
Con esa respuesta, Pol perdió el sueño, y pocas horas mas tarde, decidió salir fuera de la tienda a tomar el aire, pero antes teniendo el bondadoso gesto de taparme con su saco de dormir, por el estado de congelación que estaba sufriendo. Poco tiempo mas tarde, la siguiente en levantarse, fue Marta, que al rato, me pilló en un momento de esos, en los que escuché ruido, y dormía con un ojo abierto por miedo a ser abatido por la turba enfurecida. Escuché vagamente, ahora vengo, me voy a cambiar, y entró en la tienda. Si llego a saberlo, hubiera abierto un poco la cremallera de la habitación, no para mirar descaradamente y regalarme la vista, sino para poder comentarlo mas a fondo. Al rato nos despertamos Will y yo, con un calor sofocante, por estar tapados con sacos y con todo lo que pillamos por la tienda, con ese sol de mediodía típico de un día de verano, algo típico ya que era agosto. Buena fue la sorpresa, de ver que Pol y Marta habían ido previamente a hacer una pequeña compra para el desayuno, y algo para comer ese día, en el que habíamos planeado ir de excursión a hacer senderismo por las montañas de la zona del berguedá.
Cogimos el coche, y fuimos al pueblo de donde parten los excursionistas a distintos lugares emblemáticos de la zona, yo no voy a ocultar que iba derrotado aún por el bebercio de la noche anterior, por la poca costumbre de beber alcohol desde que el médico me desaconsejó su ingesta, pero aun así, fuimos a un punto de información rural del pueblo, donde una señora muy simpática, nos dió un plano, y nos indicó cuales eran los puntos emblemáticos a los que podríamos ir, señalando entre ellos, la ruta del trencapinyes. En ese momento, mientras Pol consultaba el tema a aquella amable señora, Will y Marta, en la sala contigua, vieron que habían paneles con botones, que al pulsarlos, hacían ruidos de la fauna autóctona del lugar. No contentos con ello, empezaron a pulsar todos los botones, haciéndonos parecer unos mongolos en la selva. Yo por vergüenza, me separé de ellos, e intenté lamerle el hocico, a un cervatillo disecado que tenían allí expuesto. Tras estos deleznables actos, cogimos otra vez el coche, y emprendimos un angosto camino sin asfaltar, hasta un lugar donde habia como una especie de albergue de colonias, y donde comenzaban dos rutas, la del trencapinyes, y la de las cascadas y jacuzzis de la naturaleza, que ya ni recuerdo ni quiero recordar como se llamaban. Antes de partir hacia la aventura, Pol me ofreció amablemente un trago de Nestea, ya que yo estaba sediento, pero al tocar aquella botella tan caliente por el calor que hacia, decliné su ofrecimiento diciéndole, que para tomarme un Nestea caliente, me tomaba una infusión de menta poleo. Afortunadamente había una fuente al principio de la ruta, donde aprovechamos para llenar una botella de agua.
Comenzaba la aventura, nos pusimos en marcha, y comenzamos a caminar, y caminar, y caminar.. y después de todo eso, seguimos caminando, para mas inri, siempre cuesta arriba, y con caminos rocosos que había que ir sorteando y saltando piedras, con gran abundancia de precipicios sin ningún tipo de barreras, y saltando de piedra en piedra pasando por medio de riachuelos como si de humor amarillo se tratase, con la prueba de las zamburguesas. Yo que soy una persona limpia, me llevé un cono para ir fumando y depositar ahí mis colillas, y claro, hablando de "colilla" ahora se entiende porque lo llevaba siempre el Will. A ratos, esos dificiles caminos iban aumentando su dificultad, para ir escalando varios lugares, para seguir ascendiendo. El resto, ya omitía mis enfurruñamientos a lo Mauricio Colmenero diciendo "¿Pero esto que eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeees? y no tenia otra que seguir ascendiendo. Llegó un momento que fue un punto de inflexión, que era subir a las cascadas en un camino arduo y tormentoso, o un camino semi-imposible sin kit de escalada como era el de los jacuzzis, a lo que fuimos por el camino menos complicado, que le den a los jacuzzis, que seguro que el agua estaba igual de helada. Seguimos caminando y caminando, hasta que llegamos a una minicueva, en la que Will y Pol se fueron de temerarios hacia arriba, y salieron por un hueco en el que estaba yo desde un principio, y allí Marta, Will y Pol, se pusieron las pantuflas de neopreno, y se metieron en esa agua gélida, debajo de la cascada, a ver quien aguantaba mas tiempo. Creo que el que mas aguantó fue Pol, y eso que no estuvo ni diez segundos. Yo solo metí los pies, y me cagué en todo lo cagable. Me tumbé entre dos rocas, y me limité a grabar vídeos con la cámara, y a descansar. ¿Bien, ahora ya podemos irnos no? eso pensé, pero Pol, nos embaucó diciendo que mas arriba era mas bonito, y que podríamos parar para comer unos bocadillos de fuet. Tras cagarme en silencio en el Pol, seguimos subiendo hasta que llegamos a ese lugar. Era la mar de...de...era la misma mierda, solo que con un montón de abejas que se nos metian en el pan, lo cual dificultó que nos pudiésemos hacer los bocadillos tranquilamente. Pol se movía mas que Messi en la delantera, todo por su aversión hacia esos insectos voladores, y yo cómo estaba hasta el nabo, y tenía hambre, decidí cargarme un par de abejas a manotazos, para poder hacerme un bocata, cosa que solo cogí un currusco de pan, un trozo de fuet sin cortar, y lo introduje a la fuerza dentro del currusco, como si de una práctica sexual se tratara. Mas tarde, cogimos los bártulos, y comenzamos a hacer el mismo camino, pero cuesta abajo, para volver al coche. El camino de vuelta, fué mas ameno, y no solo porque era cuesta abajo, sino porque comenzamos a hacer miles de chistes sobre el nombre del Pol, con tonterias como "¿cuál es el baile del Pol? la Polka, ¿que es un Pol fantasma? un Polktergeist" y así chino-chano, tras varios amagos de caidas mientras descendiamos, llegamos al lugar donde estaba el coche, e hicimos una parada para descansar.
Después de haber estado ascendiendo y descendiendo la montaña, habían transcurrido unas cuatro horas, y Pol me destrozó la vida cuando me dijo, que es no era la ruta del trencapinyes, que era el otro camino, a lo que me ofreció hacer acto seguido esa ruta. Le miré con cara de asesino, y le dije que casi mejor que no, que lo dejasemos para el día siguiente, que estaba derrotado y de mala ostia por no haber visto al dichoso pájaro. Fuimos a hacer unas compras al supermercado del pueblo para preparar calimotxo esa noche, y fuímos al camping para descansar un rato. Cual fue la sorpresa, que al llegar, Will vió y cogió fuera de la tienda, un tanga que parecía ser de Marta, a lo que Marta confirmó que era suyo, y no se explicaba que hacia fuera en los aledaños de la tienda. Mi conclusión, fue que la enfurecida turba, vino a nuestra tienda para darnos una paliza mortal, o para darnos muerte directamente por los ruidos ocasionados la noche anterior, y cogieron el tanga, y lo olisquearon para seguirnos el rastro. El tanga aun estaba caliente, lo cuál significaba que no hacía mucho habían salido en nuestra búsqueda. Ahora con lo del tanga, algunos os habréis dado cuenta de porque al principio de este relato, decía lo de, "Poco tiempo mas tarde, la siguiente en levantarse, fue Marta, que al rato, me pilló en un momento de esos, en los que escuché ruido, y dormía con un ojo abierto por miedo a ser abatido por la turba enfurecida. Escuché vagamente, ahora vengo, me voy a cambiar, y entró en la tienda. Si llego a saberlo, hubiera abierto un poco la cremallera de la habitación." Si, soy un marrano, pero también un tío majo. Además, esa persona con el nombre inventado de Marta, ya sabe que soy una persona que la quiere mucho y la respeta hasta un cierto punto, y que nunca lo habría hecho.
Una vez resuelto el misterio del tanga, cogí un balón del coche, y empezamos a echar una alemana. Mis bambas no eran las adecuadas para jugar, asi que decidí quitarmelas y jugar al estilo de las favelas, con mi jogo bonito, cosa que tenía su punto negativo, que cuando la pelota salía del césped y tenía que buscarla, el camino era de piedra, y me las clavaba en los pies, lo cual me hacia ir andando como chiquito de la calzada. Aparte de esa anécdota, y de que Will siempre intentaba hacer la misma jugada que ponía de mala leche a Pol, lo único gracioso, es la imagen de Marta corriendo a por un balón, mientras se le caían los pantalones. Al cansarnos de jugar, lo dejamos, y cada uno se buscó su propio ocio o descanso, hasta que llegase la noche. La situación era así. Pol y Marta tumbados en las toallas descansando y charlando, Will se quedó dormido fuera en la toalla, y más tarde tuve que despertarle y decirle que se metiera dentro de la tienda a dormir, porque apenas iba abrigado y ya empezaba a oscurecer y a hacer un frio del carajo, mientras yo, me tumbé en el asiento del conductor del coche, escuchando en la COPE, los partidos de la primera jornada de liga, y durmiendo en intervalos de 5-10 minutos. Se acercaba la noche, y prometía ser igual o mejor que la anterior, pero eso lo contaré en el desenlace de " La leyenda del Trencapinyes"
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